Nadie ha llorado mi partida.
Creo que nadie alguna vez ha sufrido por mi, como yo he sufrido por ellos…
Nadie ha llorado mi partida hasta hiperventilarse,
O hasta quedarse dormido…
Nadie ha despertado al día siguiente para darse cuenta de que resultará imposible ocultar la pesadez de mi ausencia en sus ojos
Nadie ha estado despierto a deshoras, pidiendo a fuerzas mayores que las circunstancias fueran diferentes
A nadie le desconsuela la falta de mi compañía en el asiento de al lado
A nadie le ha dolido estar en el mismo lugar que yo, sabiendo que acercarse a mí no es una opción
A nadie le persigue mi fantasma,
A nadie le atormenta mi recuerdo al creer haber visto mi sombra en cada rincón de esta ciudad
Nadie se pone nervioso por creer haber escuchado a lo lejos mi risa
No creo que alguna vez alguien haya escrito para mí como yo escribo para ellos
No creo alguna vez haber sido la musa de alguien
Simplemente me parece imposible creer que alguien sienta por mí el mismo dolor que yo he sentido por los demás
Y tal vez eso habla de la manera en que me veo a mí misma
Tal vez habla de una falta de amor propio
De una falta de empatía por los sentimientos de quienes me han amado y me han perdido
O de cómo subestimo el impacto que tengo en los corazones que he tocado
Pero, de verdad,
No creo que a nadie le paralice el corazón la posibilidad de no volver a verme en esta vida.
No creo que a nadie le destroce el corazón la idea de no volver a ser amado por mi.